
Precisamente hace muy poco leía yo la Medea de Séneca, en versión del académico y latinista Valentín García Yebra, cuya reedición acaba de aparecer en Gredos, tras muchos años de estar agotada. La traducción, en verso, es soberbia y logra transmitir la fuerza, el intenso dramatismo de esa situación terrible en la que se ha puesto Medea al decidir vengarse de forma tan cruel de su marido en la persona de sus hijos. Medea no es una aficionada. Es una reputada hechicera que tiene en su haber numerosos crímenes contra su propia familia: en la huída desesperada que emprenden los argonautas de Colcos, tras haber conseguido con sus malas artes el vellocino de oro para su amado Jasón, esa terrible mujer no duda en descuartizar a su hermanillo, al que había capturado para librarse de la persecución de su enfurecido padre. Son muchos los crímenes de Medea, pero todos quedan superados por los que comete por su poca disposición a dejarse abandonar por su marido cuando éste se ve «obligado» a abandonarla para casarse con la hija de Creonte, el tirano de Siracusa, lugar donde la pareja llevaba diez años exiliada. Tras matar con pociones mágicas a la nueva novia de su marido y al padre de ésta, incendiar el palacio y dejar patas arriba toda la ciudad, Medea acuchilla a sus hijos delante de Jasón y le deja vivo para que lo lamente el resto de su vida.
A pesar de la terrible criatura que es Medea y de lo reprobable de su conducta, Séneca, tras las huellas de Eurípides, da una dimensión tremendamente humana y desgarradora a la decisión de la hechicera. Medea, que no es una chapucera, no mata por pura maldad, lo hace movida por sentimientos encontrados. Devorada por la pasión amorosa, ciega de celos, enfurecida por la cobardía de Jasón, esta madre terrible, esta consumada asesina, en esta ocasión nos conmueve: porque ella es su principal víctima:
«¿He de verter yo misma la sangre de mis hijos
fruto de mis entrañas?
¡Calma furor demente!».
Conocedora de su terrible fuerza dice también:
«Pláceme esta venganza! ¡Sí! ¡Con razón me place! ¡Es el crimen supremo!»
Incluso una vez tomada de forma irreversible la decisión, se lamenta de no haber parido dos veces siete hijos para matarlos a todos:
«¡Estéril fue mi vientre que dos me dio tan sólo para vengarme».
A nadie le gustan los hechos de Medea y, sin embargo, tanto Eurípides como Séneca la convirtieron en un personaje sublime y a su marido en un cobarde asustadizo. Como dice Valentín García Yebra: «¡Qué lejos este buen Jasón del héroe que años atrás fuera jefe de jefes con permanente riesgo de su vida!» (se refiere a la expedición de los Argonautas en la que participaban, entre otros, Hércules y los hermanos Cástor y Pólux). «Aunque muy humana, ¡qué pobre resulta su figura al lado de Medea, volcánica para el amor lo mismo que para el odio!». La Medea de Séneca es considerada unánimemente la mejor de las nueve tragedias atribuidas al filósofo cordobés, como nos gusta tanto llamarlo en España. Sus antecedentes no son sólo la tragedia homónima de Eurípides, sino también la perdida Medea de Ovidio, y el poema de Apolonio de Rodas sobre la expedición de los Argonautas. Las referencias a ambas obras son constantes, tanto en los encendidos monólogos de Medea, como en las alusiones del coro. Por cierto hay un pasaje muy notable en el que, como es usual en el género, el coro entona alabanzas al ingenio humano, capaz de surcar los mares y llegar a límites insospechados:
Ahora los mares se sienten vencidos
y aceptan las leyes que dictan los hombres
Ya cualquier barquilla recorre el abismo.
Han sido alterados del orbe los lindes
y en tierras recientes se alzaron ciudades.
El mundo, patente, ya nada conserva
donde lo produce
Pasados los años vendrán tiempos nuevos:
soltará el Océano los lazos del orbe,
y un gran continente saldrá de las olas,
y Tetis la gloria verá de otros mundos.
Y entonces la tierra no acabará en Tule.
¿Verdad que parece, «talmente», que estuviera hablando de América?
MOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ME SIRVE PARA EL INSTI GRACIAS TIO a ver si publicas cosas asi de interesantes y me las mandas
Publicado por: david | 16/11/06 en 23:32