Quien haya visto el video que colgué en la entrada de ayer, se habrá percatado de que no es un montaje: son calles de París, no del París elegante, ni del intelectual, ni del París turístico, sino del París de los barrios superpoblados pero no por eso deja de ser París. No para todos, sin duda, pues hay quien pretende, -André Glucksmann por ejemplo- que esos "incidentes" sólo son significativos de... ¡la falta de espacios adecuados para que los musulmanes recen! Y, claro, los pobres se tienen que echar a la calle y la gente que vive en esos barrios, tiene que respetarlos porque viven en un país líder en "tolerancia laica" (Glucksmann dixit). Y la tolerancia, "gloriosa invención de Europa", dice el pensador francés, es "una excepcion planetaria". En Europa, según él, "todas las religiones son minoritarias en la práctica y van a seguir siéndolo". Y como Glucksmann es un hombre honrado, tenemos que pensar que permitir que los musulmanes sean mayoritarios y públicos los viernes, siempre que lo manifiesten en los barrios de por ahí lejos, es sólo una forma más de esa excepción planetaria y cultural de la que los franceses tienen la clave. En cambio, creer que eso es una provocación es, según Glucksmann, propio de la ultraderecha que se aprovecha de esa tesitura para que gane el Frente Nacional, ese gigante político que amenaza, cual un siniestro "tea party" la estabilidad de la República. Y como Glucksmann es un hombre honrado, habrá que creerlo, sin duda.
Los musulmanes de "nuestros países" (léase Europa), son tolerantes como el que más, dice el filósofo. Y añade: "Pensemos en el ejemplo de Francia. Si el 17% de sus habitantes de origen musulmán se declaran devotos de la oración del viernes, quiere decir que queda un 83% de tibios y despegados". Han leído bien. Lógica cartesiana en estado puro. Si el 17% de la población declara ir al cine es que el 83% se queda en casa leyendo. Claro, monsieur Glucksmann, su agudo y riguroso análisis nos tranquiliza y nos hace olvidar que Mohammed Atta estudió en Alemania y preparó el atentado de las Torres Gemelas en España, así como que los posibles responsables del atentado del 7J en Londres procedían todos de grupos yihadistas asentados en el Reino Unido, y no hablemos de los atentados del 11M en Madrid... ¡Vaya si son tolerantes "nuestros países!
Otro ejemplo de perspicacia intelectual es cuando se detiene en la descabellada pretensión que tienen algunos exaltados de que mientras no se puedan construir iglesias cristianas en Arabia Saudí no se debería permitir construir mezquitas en "nuestros países" (no entiendo por qué no dice Europa, pero él sabrá). Quienes esto sostienen aducen "reciprocidad", dice, y con idéntica lucidez que antes, añade: "¿Entonces habría que cortar la manos a los ladrones, lapidar a las adúlteras, ahorcar a los homosexuales, porque es la norma de algunos países?" Parece no haberse dado cuenta de que una de las razones por las que se deberían construir iglesias cristianas en "esos países" es precisamente para que no ocurra eso y no para que nosotros hagamos lo mismo "en nuestros países", como parece ser su temor de progre demediado.
No cabe duda de que Glucksmann es un hombre honrado, pero no es un intelectual muy honesto, que digamos.
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