Una de las ventajas de no cerrar nunca los comentarios de las entradas de este blog es que todavía sigo recibiendo observaciones sobre alguna de ellas, por muy antigua que sea, lo que indica la actualidad del tema, por cierto. Me refiero en este caso a la que escribí en enero de 2006, casi recién inaugurada esta quimera, sobre la homosexualidad, en Cuba y fuera de Cuba. La titulaba Conducta impropia como el documental de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal. Si se han tomado la molestia de abrir el enlace verán que generó un montón de comentarios y una polémica a la que ha venido a aportar recientemente un detalle muy esclarecedor un comentarista de última hora, el señor Pere Quart, el cual dice
"A ver si somos algo más rigurosos... la Ley de Vagos y Maleantes es, como la salvajemente represora de la libertad de prensa, esencialmente republicana. Fue obra de Azaña y participó en su redacción Juménez de Asúa."
Si leen ustedes los comentarios verán que en uno de ellos, firmado por Miguel Veyrat, se habla de la ley de vagos y maleantes como obra de Franco, cosa que le refuta también Javier, otro comentarista. Si traigo esto a relucir no es sólo porque considere interesante que quede constancia de este hecho, sino porque, clasificando papeles -es decir, rompiendo papeles- me encontré con un recorte de prensa que no tiene desperdicio: un artículo de Diego Galán, titulado "Conductas impropias", publicado por "El País" el viernes 26 de abril de 1985, que copio a continuación de la hemeroteca del periódico como acabada muestra de la infamia periodística a la que este reputado cinéfilo regala de vez en cuando sus mejores perlas. Sus argumentaciones, son también una muestra de que la izquierda española, surgida ya de las urnas, siempre fue totalitaria, intolerante y antidemocrática.
"Conductas impropias
Néstor Almendros, reconocido director de fotografía, uno de los más consagrados en la actual industria del cine, y Orlando Jiménez Leal, mediocre director cubano en el exilio al que se debe una comedia notable, El súper, y un filme repelente, Me olvidé de vivir, con Julio Iglesias y aquellas trillizas de la televisión, realizaron un documental anticastrista de dos horas, Conducta impropia, que José-Miguel Ullán ha presentado con todos los honores en su programa Tatuaje, de TVE. En él la denuncia de la intolerancia del régimen de Castro se articula en torno a la persecución de la homosexualidad que tuvo lugar de forma directa entre 1965 y 1967, desprestigiando el movimiento revolucionario cubano en el ánimo de numerosos intelectuales europeos, aunque más tarde el Gobierno castrista reconociera haberse equivocado.En las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) los homosexuales fueron encarcelados, humillados y, más tarde, invitados al exilio. La cifra de 60.000 detenidos, que parece posible, fue la que el poeta Virgilio Piñeira confesó, asustado, a Juan Goytisolo. El movimiento revolucionario de Castro, que reestructuraba entonces las bases económicas, culturales y políticas de la isla, perdió el control en su defensa de enemigos, infiltrados y seres impropios, con esa nerviosa mezcla de improvisación de las revoluciones amenazadas y del machismo heredado de la cultura española.
El filme recoge 28 testimonios, algunos verosímiles y significativos, y otros, como el del niño Robertico, narrado por Armando Valladares, más propio de la literatura folletinesca de los melodramas seriados. Todo parece valer en el panfleto. No se recogen declaraciones de los homosexuales que hoy viven en Cuba ni de las rectificaciones que aquella persecución tuvo.
En la polémica que, tras la película, mantuvieron en el Village Voice Néstor Almendros y el director cubano Tomás Gutiérrez Alea (Memorias del subdesarrollo, La última cena ... ), éste reconocía: "Los campos de trabajo donde fueron a cumplir el servicio militar una buena cantidad de homosexuales fueron un error y constituyeron un escándalo que afortunadamente culminó con su desaparición y una política de rectíficación en ese sentido. Sin embargo, en el documental se habla de eso como si se tratara de algo que ocurrió ayer o de algo que sigue vigente".
Crítica global
Es ésa la trampa dialéctica de Conducta impropia. A través de una defensa de la libertad homosexual, tan necesaria en Cuba como en la mayoría de países (sigue en España vigente la ley de Peligrosidad Social, con la que, como se sabe, encarcelaron los jueces a muchos homosexuales y a otros que no lo eran pero que también adoptaron una conducta impropia), se hace una crítica global al régimen socialista de Castro. Entre declaraciones de intelectuales y homosexuales se incluyen las de otros entrevistados de menos peso. Uno de ellos, por ejemplo, asegura que los turistas no tienen libertad de movimientos en la Cuba que visitan, obligados siempre al autocar o al taxi, como si andar estuviera prohibido. Es un dato falso.En el montaje de Orlando Jiménez Leal se pierde el rigor. Que una señorita mulata se sorprenda en París de que la prostitución en Cuba sea mejor pagada por la clase dirigente, como si ello pudiera ser exclusivo del régimen de la isla, o que los travestidos que ahora viven en Nueva York denuncien sus propias relaciones homosexuales durante su estancia en La Habana, no parecen datos relevantes.
Sí lo son, en cambio, los que denuncian la intolerancia desde perspectivas más amplias (Susan Sontag, por ejemplo), al referirse al tradicional puritanismo de la izquierda, o el de Juan Goytisolo, que fecha su negativa impresión de la persecución homosexual en 1967.
La habilidad del filme -aunque es realmente torpe y esquemático en sus planteamientos dialécticos- consiste en agrupar el aplauso contra la estructura socialista cubana, es decir, en ser bien recibido incluso entre quienes perseguirían o persiguen la homosexualidad en sus propios países."
Diego Galán
Comprobarán que las sutiles ý desesperadas argumentaciones de Galán, a favor del castrismo son también una muestra de que la izquierda española, surgida o no de las urnas, siempre fue totalitaria, intolerante y antidemocrática.Y siempre lo será.
P.D: Por cierto, en su momento, mandé una carta de protesta al periódico por ese artículo y me contestaron con las consabidas disculpas. A ver si la encuentro en esos papeles que estoy arreglando.
Otrosí, ¡Hay-motivo!
La condición sexual de cada uno debería respetarse en todos los lugares, porque no implica cómo es la persona, pero sí que importa Cómo es la persona, inclusive alguien muy inteligente puede ser muy malvado...¿ eso no importa?, ¿ la falta de sensatez no importa en cualquier lugar de la Tierra?, ¿ la falta de una buena educación eso no importa y si la ley esta o la otra?, cuantas más leyes más cacaos en la sociedad, ¿ y sí se hace leyes que produzca más desaveniencias entre las personas de la sociedad, eso no importa?, ¿ y no nos preocupamos de nuestra ética y moralidad propia, la tenemos acaso o cómo es, elevada, media, baja?...
Por Dios,...nos queda mucho por aprender, por ejemplo a tener dignidad con nosostros mismos, que no es poco...si es que saben las personas de qué se trata esa palabra...o estaremos locos unos cuántos...y no entendemos nada.
Publicado por: Teresa Cabarrush | 16/10/2014 en 11:47
Infame e infumable artículo de Diego Galán.
Publicado por: Carlo Croixiere de la Melangerie | 12/08/2011 en 14:06
Zoé Valdés proviene de los bajos fondos de esa sociedad tan miserable creada por el castrismo y la describe con fuerza inigualable. La Valdés está inmensamente bien equipada para tal tarea. Según ella misma nos narra en sus escritos, fue prostituta y jinetera de jovencita, cuando sobrevivía en aquellos medios de delincuentes y de traficantes de vicios en aquella sociedad en total crisis de valores… Después se abrió paso jugando con la política hasta convertirse en diplomática de aquel corrupto sistema y en una alta funcionaria del ICAIC… Y ahora denuncia con extraordinaria eficacia el monstruoso sistema que ella conoció tan bien porque ella nació allí, fue educada por ellos y sirvió a aquella clase dirigente por muchos años… Zoé Valdés es culturalmente un perfecto producto del castrismo. Zoé es “la mujer nueva” que después los denuncia y se rebela contra ellos. ¡Muy poderoso argumento!
Publicado por: Luis Gatiezza | 09/08/2011 en 22:47
Hay que reconocerle una cosa, Zoe, que el chico es coherente con su postura y su trayectoria, intachable: de los Marianistas (léase, Jesuitas o cualquier otro colegio religioso) a los Fidelistas hay, en la historia del antifranquismo, una línea recta de la que él no se ha desviado un mílímetro. Vamos, que es casi un tópico. Él fue uno de los 32 cineasta españoles que tenían "motivos" en el 2004 para regocijarse de que pasara lo que pasó.
Muchas gracias y un abrazo
Publicado por: julia escobar | 17/05/2011 en 12:57
Diego Galán fue pagado por esa frase lamentable: lo invitaron numerosas veces al Festival de Cine de La habana, donde lo alojaban en suites lujosas. Es probable que le tengan algún videíto íntimo filmado por la DSE, como a tantos artistas españoles "castristas" de colchoneta.
Publicado por: Zoé Valdés | 16/05/2011 en 13:42