Quinto menú-Capítulo III
Toast de sardinas/Hígado a la portuguesa/Melón en champaña
(2 de septiembre de 1940)
Después de esta comida se sintió desfacellecer la bella cónsul
Toast de sardinas
Sardinas en aceite en cantidad suficiente de tamaño grande; se asan por corto tiempo en el mismo aceite en el que están conservadas. Se colocan después sobre pan tostado caliente, recién preparado, se rodean de rodajas de limón y se echa por encima un poco de pimienta De este entremés se sirven por persona como máximo dos rebanadas de pan tostado, pues el objeto de estos toasts de sardinas consiste en abrir el apetito, no en matarlo.
Hígado a la portuguesa
Se reboza en harina un número de rodajas de hígado de ternero adecuado al número de comensales. Téngase en cuenta que el hígado se sala sólo después de asado. Se cortan dos cebollas en pedazos pequeños. Se limpian dos pimientos quitando el tallo y las semillas y se cortan en tiras cortas y estrechas. Se tritura 800 gramos de tomates sin piel y se exprime el zumo. A continuación, se calientan las cebollas con media taza de aceite hasta adquirir un tono amarillento claro, se añaden las tiras de pimiento y después los tomates triturados. Una vez blando el pimiento, se añade el zumo de tomate exprimido y se deja hervir todavía cinco minutos. Después se pasa el conjunto a través de un tamiz, se añade algo de nata y se calienta una vez más todo. Se sazona con sal y pimienta fuerte. Esta salsa se vierte sobre el hígado asado en el último minuto y se adorna la fuente con con delgadas rodajas de aceitunas sin hueso. Se sirve con arroz seco.
Melón en champaña
Se descabeza un hermoso melón de Cantaloup, que esté bien maduro y se utiliza la parte separada como tapa. Se vacía el melón dejando solamente un centímetro de carne. Se limpia de semillas la parte extraída, se corta en cuadraditos de mediano tamaño y vuelven a meterse en el melón. Por encima de este relleno se vierte champaña seco, hasta que los cubitos queden bien cubiertos, pero sin que naden en él. A continuación se coloca de nuevo la tapa, se pone a enfriar el melón y se sirve helado.
Este postre admite muchas variantes, añadiendo cerezas empapadas en licor u otras frutas. El gourmet prefiere la receta antes mencionada pues en ella es donde se pone de manifestó el aroma natural del melón.
Comentarios