Esta selección de villancicos que ahora presento será la novena de la serie que inicié en el año 2000, primero en Libertad Digital y luego en esta quimera del alma que cumple este mes de diciembre nueve años. He procurado no repetir ningún villancico, y si lo hago se trata de diferentes versiones, como ocurre este año con el de “Camina la Virgen pura”. Mis fuentes, convenientemente citadas, proceden en muchos casos de recopilaciones de reputados folkloristas o filólogos.
Este año los he sacado de la pequeña antología que hizo José Manuel Blecua (padre), en 1939 dedicada a su hijo José Manuel, bien conocido de todos nosotros por haber dirigido el área académica del Instituto Cervantes y, más recientemente, la Real Academia Española de la Lengua. Pero vayamos al grano, que es de oro, y sirva este empeño tenaz que persigo y perseguiré mientras me quede aliento, para conmemorar estas fechas y felicitarles a todos ustedes las Pascuas de Navidad y de Reyes.
VIII
Hagamos un pellico
al Niño Dios,
que nace corderico,
que vive pastorcico,
y muere por amor.
Hagamos un pelllico
al Niño Dios.
Cosme Gómez Tejada de los Reyes
XV
Juntáronse los gitanos
que en Jerusalén vivían
para dar las Buenas Pascuas
a la dichosa parida.
De la torre de Belén
los pastores les avisan
que está Dios hombre en la tierra
en los brazos de María.
Una rica danza ordenan,
de ricas ropas vestida,
matizando aljófar y oro
por las labradas camisas.
Los tocados aderezan
de corales y
amatistas,
de flores, de perlas y oro,
y cuentas de aguas marinas.
Con laúdes y salterios,
y con sonajas repican,
adufes y cascabeles,
a cuyos sonen relinchan.
Entran al portal adonde
la palabra en carne habita,
y haciendo lazos, comienzan
a decir a la parida:
“A la dina dana,
reina soberana;
a la dana dina
señora divina”.
Reina de los cielos,
honesta Señora,
cuya blanca frente
estrellas adornan
a quien los dos rayos
de la luna hermosa
sirven de chapines
a esos pies que adoran;
virgen, que a Dios distes
carne y sangre sola,
por gracia divina
de aquella paloma
que viniendo en vos
os hizo tal sombra,
que del sol la lumbre
encerrastes toda:
a los gitanillos
nos dad en limosna
esa monedica
de gracia y de gloria,
medalla divina
de las tres personas,
aunque en ellas vive
la segunda sola;
oiréis la ventura
que el cielo atesora
para vuestro Hijo,
Dios en carne humana
A la dina, dina, etc.
Vos, que sois la dina,
entre las mujeres,
de tener por hijo
al Rey de los Reyes,
nuestra dina oíd,
pues lo fuisteis siempre,
como siempre virgen,
madre dignamente.
A la dina digan
las aves celestes,
a la dina el mundo,
que por reina os tiene;
también a la dana
por vuestros parientes,
pues por hijo de Ana
esta dana os viene.
De Ana sois hija
y dina que fuese
vuestro hijo Dios,
que tenéis presente,
pues si dina y dana
sois, Virgen, bien puede
por dana y por dina
decir la gitana:
A la dina, dana, etc.
Dad acá la mano,
dina de ser reina
por vuestras virtudes,
del cielo y la tierra.
Pero ¿qué ventura
mayor os espera
que la que os han dicho
reyes y profetas?
Toda se ha cumplido
en la dicha vuestra,
si de Dios sois madre,
¿qué otra dicha os queda?
Tiempo de alegría
no quiere tristezas,
pasarán los días
en que muchas vengan:
ahora no es justo
que nadie se atreva;
gozad muchos años
el niño de perlas,
pues de las que llora
nuestro son se alegra,
viendo que os decimos
divina mañana:
“A la dina dana,
reina soberana;
a la dana dina,
señora divina”.
Lope de Vega
XIX
Camina la Virgen pura
camina para Belén
con un niño entre los brazos
que es un cielo de lo ver:
en el medio del camino
pidió el niño de beber.
-No pidas agua, mi niño,
no pidas agua, mi bien;
que los ríos corren turbios
y los arroyos también,
y las fuentes manan sangre
que no se puede beber.
allá arriba en aquel alto
hay un dulce naranjel,
cargadito de naranjas
que otra no se puede ver.
-Dame ciego una naranja
para el Niño entretener.
-Cójalas usted, señora,
las que faga menester;
coja d’aquellas más grandes
deje las chicas crecer-
Cogiéralas d’una en una
salieran de cien en cien;
al bajar del naranjero
el ciego comenzó a ver.
-Quién sería esa Señora
que me fizo tanto bien?
Erase la Virgen pura
que camina hacia Belén.
Anónimo
Fuente: José Manuel Blecua, Editorial Signo, Madrid, 1939. 78 pp.
Aquí están los enlaces de todas mis recopilaciones anteriores:
http://revista.libertaddigital.com/villancicos-i-441.html
http://revista.libertaddigital.com/villancicos-y-ii-445.html http://www.libertaddigital.com/opinion/libertad-digital/seleccion-de-julia-escobar-22263/
http://www.libertaddigital.com/opinion/villancicos olvidados/adaptados-por-julia-escobar-16665/
http://laquimera.typepad.com/laquimera/2008/12/villancicos-nada-laicos-.html
http://laquimera.typepad.com/laquimera/2009/12/felices-pascuas-de-navidad-y-de-reyes.html
http://laquimera.typepad.com/laquimera/2011/12/villancico-provenzal-.html
http://laquimera.typepad.com/laquimera/2013/12/villancicos-para-esta-navidad-.html
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