Ayer, finalmente, gracias a los buenos oficios de L Santiago Méndez Alpízar, poeta cubano al que tuve el placer de conocer en mi etapa de Casa de América, pude demostrar que no me he quedado estancada en la prosa de la vida y que, de vez en cuando, voy por ahí, "flotante en la poesía", que así es como titulé esa lectura de poemas con la que nuestro amigo, poeta él mismo (excelente su Primer conteo. Antología 1988-2012, Renacimiento, 2016) inauguró las veladas literarias de la librería La Fugitiva, sita en la calle de santa Isabel nº 7, lugar entrañable que me retrotrajo a mis ya lejanos años mozos, cuando yo misma regentaba una librería en el barrio de Argüelles y hacíamos nuestros pinitos en esto que ahora se llama la gestión cultural, a la que he dedicado bastante tiempo en mi vida. Pero basta de recuerdos nostálgicos y volvamos a la crónica del presente inmediato, ya casi pasado pues ocurrió ayer.
Hacía tiempo que no leía yo poemas en publico, ocupada como estuve esta última década en que los leyeran otros, con la honrosa excepción de alguna que otra escapada a lugares remotos, invitada por los Institutos Cervantes. No es que no cuente pero no es lo mismo, porque allí el público es cautivo y el aforo está garantizado, produciendo la ilusoria impresión de que has triunfado mientras haces patria. Anoche no hice patria porque estaba en ella y en principio no es lugar para esos menesteres que sin embargo serían hoy en día muy necesarios. Me limité pues a exhibirme y exponerme al criterio ajeno, desgranando mi producción poética con el repertorio que había preparado previamente para no dar esa penosa impresión de duda y arrepentimiento que da la improvisación.
Como yo considero la traducción literaria, y muy en particular la traducción poética, como un avatar más de la creación, aduje precedentes gloriosos -Octavio Paz, José Ángel Valente, Michel Tournier- para incluir en mi lectura algunas de las versiones que he hecho de poetas franceses, como Michaux, Rimbaud y la incomparable Colette, que aunque nunca versificó, ha escrito excelentes poemas con su prosa. No fue una buena idea porque al empezar con ellos salía yo muy perjudicada con mi producción propia, pero en la vida hay que arriesgarse, como aconseja Kierkegaard y yo le hago mucho caso. Tras esa introducción tan prometedora, inicié la lectura de mis poemas propiamente dichos, y lo hice cronológicamente, para que se pudiera ver la evolución de esta lenta cocina en la que elaboro mis productos. Voy a transcribir aquí sólo unos pocos para no alargarme, excluyendo los poemas más extensos, que los hay.
Empecé con Fluyen permanentes (Pretextos, 1984, Premio Francisco de Quevedo, 1981):
"La mirada del alma es toda mía
Entreveo su ausencia
en la mirada fría, ocasional
de los otros."
***
"Tantas cosas se oponen a las cosas.
Es un hoy no y un mañana tampoco
Cuántas horas perdidas en preparar las horas
y luego traicionarlas..."
***
"Los actos recurrentes,
los pensamientos recurrentes
es falso
no pertenecen al pasado
hay en ellos una anticipación,
una alarma,
nos contemplan."
***
"Cierto, los recuerdos no empiezan por el final
sólo aparecen
al contemplar la causa."
***
"No es la mano instrumento,
sino identidad,
no es importante porque me sirve,
sino porque me limita y me define.
Me dice aquí estoy yo,
aquí me acabo,
lo que mis dedos rozan es lo ajeno
y de ello
estoy ya definitivamente excluida."
Luego, Tiempo a través (Pretextos, 1994), de donde también transcribo unos pocos:
"No acceder al sagrado cúmulo
de incontadas infamias
ahí/donde morir es contagioso,"
***
"Tras la vana apariencia de las cosas
que pretende servirnos de refugio
se permite la vida remitirnos
al árido perfil de la memoria."
***
"Como la llama que en el hogar ardiendo, danza y crepita y el reseco leño va cediendo en grosor conforme aumenta el incendio, así el sol, con la inclemencia de sus rayo, funde y disipa la nítida presencia de la nieve."
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"Como el objeto extraviado y viejo que una vez encontrado incrementa de pronto su valor a los ojos del desconcertado propietario, así el cuerpo, al cesar el dolor que hipotecaba su alma, su ufana y envanece por la recuperada salud."
***
"Como una piedra, una palabra, un verso,/cae en el agua, y en la superficie/se perfila la imagen: así el poema."
Para terminar leí unos cuantos del poemario, todavía inédito, al que he titulado Arritmias, no para insistir en mis obsesiones recurrentes relacionadas con el tema cardíaco, sino por los cambios de ritmo de los poemas incluidos en él. Ahí van algunos:
"Rios de Castilla
Ríos, milagros de agua en tránsito,
más onda que ola tu masa
que las riberas contienen
lava la piedra,
presagia el mar ausente
y revoca la tierra su desorden."
***
"Ocaso
Acaece la tarde
como un hecho de armas:
fuego y sangre."
***
"Paisaje de papel
Si ardiera la maleza que sofoca mis días,
sus hojas deleznables,
su ridículo tallo,
creo que a mis espaldas podré llevar su peso.
No será necesario llamar a los bomberos,
urgidos por incendios mayores.
En lugares distantes
apagarán con celo los rescoldos
del fulgor de otros sueños,
que yo ignoro."
***
"Verdad mentirosa
Añoranza, alegría
nada importan
cuando el dolor
se impone a la memoria,
cuando se acaba la mentira
urdida para cambiar la historia.
La leyenda dorada que supiste
imponer a tu vida maquillándola,
te deja sola ante la verdad nuda
que ahora sale, te busca y te aniquila."
***
"Rin, rin, ¿quién es?, la muerte
Llamó la muerte a casa y no me puse.
Ella dejó un mensaje: llámame
en cuanto puedas, que te busco.
Dejé el buzón de voz desconectado
para que no me importunaran
sus apremios.
Es más pedí a la compañía
que me diera de baja, por si acaso."
***
"El superviviente (dedicado a Elie Wiesel, fallecido en 2016)
Tenía la mirada culpable de la víctima
de quien todos se apartan
a quien todos suplican que se calle,
pero yo, como le escuché,
me hice cómplice,
como le miré,
me convertí en testigo."
Y ahora, a buscar editor, que no es poca cosa.
Muchas gracias, José Luis, por tus buenos deseos; ya parece que tengo algún novio, veamos.
Abrazos
Julia
Publicado por: Julia | 16/01/2017 en 11:50
Julia, espero que consigas pronto ese editor que publique tus poemas, para leerlos con regusto.
Publicado por: José Luis Millán | 15/01/2017 en 00:22