Aunque Pasolini no es santo de mi devoción le agradezco que inspirara a Marco Tulio Giordana, hasta el punto no sólo de dedicarle una película a raíz de su asesinato, sino de titular con uno de sus versos una película (que son dos) que vi hace bastantes años y cuyo DVD acabo de comprar.
Me refiero a "La mejor juventud" que en realidad se trata de una miniserie de la televisión italiana y que, para mí, ha superado con nota el paso del tiempo. Que es una serie resulta evidente en el ritmo de la narración ya que, al desarrollarse en seis horas, permite ahondar algunos aspectos que se resolverían de otro modo de haber sido concebida para la gran pantalla, pues en cine, como en literatura, hay cuentos, novelas y reportajes y todos requieren facturas muy distintas.
El tema (mutatis mutandis) recuerda al "Cuéntame" de nuestra televisión española, pues evoca cuatro décadas de la vida de una familia italiana, desde los años 60 hasta la actualidad. Sin embargo el resultado es muy distinto por una cuestión tan simple o tan complicada como la sensibilidad, la verosimilitud y el estilo.
Aquí no se trata de comparar cómo se vestía y se peinaba la gente hace cuarenta años y ahora, con personajes que parecen sacados de un manual de sociología; se trata menos de añorar y hacer arqueología social que de tomar el pulso a la vida misma, al socaire de sus transformaciones.
Aquellos barros trajeron estos lodos; los jóvenes revolucionarios del 68 se convirtieron en médicos o economistas (¡Mañana seréis notarios! gritaba Ionesco a los estudiantes parisinos desde el balcón), como suele ocurrir cuando se es universitario, pero algunos enfermaron definitivamente y, de espaldas a la realidad social (en esta película los obreros no están en las barricadas sino reparándolas o en las filas de la policía), cayeron en el terrorismo, en Italia, de “Bandera Roja” y en España del GRAPO, de la ETA o del FRAP
Historias de familia que son la Historia y “casos humanos” que se resuelven entre humanos, para bien y para mal.
Comentarios