Publicado en La Gaceta de los Negocios, el 29 de julio de 2005 con el título de "Incombustibles"
Desde que los progres nos hicieron comprender, a raíz del Prestige, que las catástrofes naturales son responsabilidad directa y exclusiva de los gobiernos de turno, no había oído yo una justificación más retorcida que la que profirió el presidente Rodríguez Zapatero cuando atribuyó el terrible incendio de Guadalajara al cambio climático. Yo estaba convencida de que era una manera, digamos que laica, de aludir a la divina Providencia, pero otros más avisados me hicieron ver que, en definitiva, era una forma, no por indirecta menos eficaz., de culpar al PP pues, por desgracia para sus propósitos, las autonomías donde se suelen producir más incendios no están gobernadas por ese desalmado partido de derechas.
El razonamiento se basa en la absoluta convicción de que la mayoría de la gente, hábilmente trabajada por la prensa oficial, asociará de forma automática las palabras “cambio climático” a la acción deletérea del liberalismo capitalista, como los perros de Pavlov reaccionaban babeando al sonido de la campanilla que precedía a su comida, en aquel experimento que se conoció como de los “actos reflejos”. Ya sabemos que la derecha cotiza en bolsa, pero la izquierda cotiza en ideas, en particular en aquellas que consisten en desfalcar a la primera. Y siento recordarlo, pero lo hicieron tantas veces, y en un pasado no tan remoto, que a algunos se nos ha convertido en acto reflejo recordarlo cada vez que aluden a cosas relacionadas con el lucro y el dinero.
Pues bien, esta luminosa “idea” del cambio climático funcionará también en una sola dirección; los campos de golf desertizarán al planeta pero los viajes a Cuba saldrán gratis a la naturaleza.
Lo mismo que con la famosa “alianza de civilizaciones”. ¿Se imaginan a un país árabe que recibiera en su seno, por ejemplo, a una madre soltera cristiana, y la dieran subvenciones y asistencia médica e incluso religiosa? Ese sería el único y definitivo diálogo pues “de nada valen bombas donde sobra corazón”.
MAGNÍFICO, Julia. FELIZ 2018, pleno de nuevas alegrías.
Publicado por: José Luis Millán | 01/01/2018 en 12:35