Hace muchos, muchos años, cuando eramos tan jóvenes, un amigo mío, que a pesar de haber abandonado a os camaradas, acabaría siendo detenido durante el franquismo, me contó una anécdota sobre la retorcida lógica que llevaba a culpar de todo lo malo que había en el mundo al capitalismo. Yo lo reflejé en mi primera novela (Nadie dijo que fuera fácil, Edhasa, 1999, pp. 60-61) escenificando el conflicto entre la razón y la sinrazón:
En una tertulia de los años cincuenta, en Madrid, están unos camaradas vaticinando la inminente caída del franquismo. Uno de ellos,Flores, que está acatarrado y estornuda constantemente, discute con Ramos, un sectario de mucho cuidado que le desprecia porque es poeta. Ambos quieren entrar en el Partido y saben que esa reunión es importante. Tercia del Robledal, uno de los dos próceres del Partido que están examinando a los candidatos:
ROBLEDAL: Hay que tener en cuenta que previo a cualquier planteamiento literario y por encima de él, está el estudio pormenorizado de los tratados de economía política.
RAMOS: (con aire fiero e inquisitorial). Estoy totalmente de acuerdo, menos Baudelaire, menos Rilke y más Marx y Engels... ¡No hay que jugar con la revolución).
DEL VALLE (el otro prócer, terciando con autoridad de líder): Amigo Ramos, no sea usted tan sectario. la lucha se puede hacer en varios frentes y como ha dicho el camarada Flores el literario no es nada desdeñable, es más, puede acelerar notablemente el proceso dialéctico.
FLORES (sonándose con estrépito y muy ufano de que el prócer le llamara camarada, lo que considera un buen augurio para sus propósitos): ¡Y el proceso dialéctico es imparable!
RAMOS (poniéndose nervioso): ¿Estás acatarrado?
FLORES (sintiéndose burdamente culpable): Es la maldita alergia.
RAMOS: ¡Puto capitalismo!
FLORES (volviendo a estornudar): ¿Oye? ¿qué tiene que ver el capitalismo con la alergia?
RAMOS (indignado). ¿Ah¿ ¿Con que crees que no tiene nada que ver? ¿Eso crees? ¿De verdad que lo crees?
Imaginen cuál fue mi sorpresa cuando esta mañana leo en la sección de cartas al director de un periódico una misiva firmada por ese mismo joven, que en los años setenta, me contó la anécdota que he escenificado más arriba. Reproduzco la carta de mi amigo para que puedan ver cuán fiel era el recuerdo de lo que me contó.
"SIGUE EL ABSURDO MEDIO SIGLO DESPUÉS
El concejal de Economía del Ayuntamiento de Madrid, García Castaño, ha declarado que el mantero senegalés fallecido de un infarto cuando regresaba a su casa en el barrio de Lavapiés, es una víctima del sistema capitalista. Leo esta noticia e inmediatamente viene a mi memoria una escena que presencié en la sexta galería de la prisión de Carabanchel, la destinada a los presos políticos – de esto hace nada menos que cincuenta y un años, estoy hablando del año 67 – protagonizada por un dirigente comunista/trostkista que, al escuchar que un compañero de cautiverio, llamado Jorge, manifestaba que con la aparición de la primavera sufría ataques de asma, exclamó indignado: “¡puto capitalismo!”. Entonces, no se me ocurrió otra cosa que preguntarle: “¿Qué tiene que ver el ataque de asma de Jorge con el capitalismo?”, a lo que el “trosko” respondió: “¡Ah! ¿no tiene que ver?” y , a partir de aquel día el avezado revolucionario, me negó el saludo. Pues bien, una vez más, después de medio siglo, cierta izquierda recoge el testigo de los más absurdos razonamientos.
Atentamente,
E.M.P."
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