Publicado en La Gaceta de los Negocios, 24 de septiembre de 2007
Leo, con el estupor propio de estas cosas, una sorprendente noticia que se les ha colado a los de El País en la sección de Sociedad, seguro que por despiste de alguno de sus redactores, pues todavía falta mucho para el 28 de diciembre, día de los Inocentes, aunque tal vez se trate de un extracto de cualquiera de esos amenos manuales de Educación para la Ciudadanía, que están endulzando nuestras vidas.
La noticia se titula “Cerebros de izquierdas y de derechas” y presenta los sorprendentes resultados de un estudio de la prestigiosa Universidad de Nueva York en el que se demuestra que los conservadores no tienen el mismo cerebro que los progres.
Aducen, como fuente principal, la película del conocido científico Woody Allen, Todos dicen I Love you, en la que se dice que si alguien vota republicano después de haber vivido toda la vida entre demócratas es porque tiene un tumor que le impide razonar adecuadamente.
La noticia sigue adentrándose en terrenos algo más farragosos: Por ejemplo, esos preclaros científicos han demostrado, con estudiantes cobayas, que cuando se impone solucionar un conflicto, el córtex de izquierdas se pone en marcha, mientras que el de derechas se queda paralizado.
Claro. Por eso, cuando los Nacionalsocialistas invadieron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Stalin reaccionó con tanta agilidad mental. Si nos fiamos de este estudio, entre izquierdistas andaba el juego, porque Hitler no parecía detenerse tampoco ante ninguna situación imprevista.
Explicación: ambos tenían el mismo córtex cerebral y por eso incrementaban sus crímenes de manera exponencial. Sin embargo, los dos fallaron pues dejaron totalmente descerebrados a quienes cayeron bajo el influjo de sus “atractivas” ideologías.
Hay una diferencia: Hitler fue felizmente derrotado por una guerra atroz en la que participaron cerebros de izquierdas y de derechas, mientras que Stalin y sus seguidores, consiguieron lobotomizar a una legión de cineastas, científicos y políticos de izquierdas que todavía van por ahí creando, investigando, votando, y lo que es peor, gobernando con la mitad del cerebro.
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