El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron Auschwitz y ese día se convirtió en el Día Internacional de Conmemoración de las víctimas del Holocausto. En torno a esas fechas se celebran en todo el mundo, incluso en España, actos oficiales y académicos para recordar el horror, aún no asimilado ni aceptado del todo, de lo que ocurrió en el "Feroz siglo XX", como tituló Robert Conquest su ensayo sobre la destrucción de las ideologías, aún no traducido al español, dicho sea de paso. Tomen nota los sagaces editores que esto lean porque nunca es tarde, aunque no es lo que piensan algunos, ya que un amigo se lo recomendó a unos jóvenes editores y recibió la siguiente respuesta: "No lo vemos en nuestro catálogo... es que salió hace ya mucho". Criterio que da para temblar después de haber reído.
Algunos de los supervivientes no pudieron soportar “el silencio de la humanidad”, como dijo Robert Antelme, el autor de "La especie humana", que tenía 27 años cuando ingresó en Buchenwald:
Primo Levi. Judío italiano. Tenía 24 años cuanto fue deportado a Auschwitz. Él mismo admitió que escribió "Si esto es un hombre" empujado por la necesidad de contar a los demás lo que había visto y vivido. Se suicidó en 1987.
Jean Améry. También superviviente de Auschwitz donde ingresó a los 33 años. De origen austríaco, se nacionalizó belga. "Más allá de la culpa y la expiación" está publicado en español en la editorial Pre-Textos. Se suicidó en 1978.
Paul Celan. Judío rumano. Fue liberado en 1944 de un campo de trabajo. Se trasladó a Francia en el 48 y obtuvo la nacionalidad francesa. Su poema “Fuga de la muerte”, describe el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Se arrojó al Sena en 1970. Su obra completa está traducida al español por José Luis Reina, en la editorial Trotta.
Hubo muchos que no se suicidaron pero quedaron tocados de por vida al darse cuenta –como expresó Bruno Bettelheim- que los que testimonian siempre han sido molestos para los demás. Y siempre lo serán, desgraciadamente.
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