Nada más terminar la última novela de Michel Houellebecq, "Sérotonine, y aún bajo el impacto de su lectura, para no dar cabida a la reflexión ni al arrepentimiento escribí una reseña que aparecerá cuando la página que la va a publicar lo considere conveniente, pero como ya avancé algunas citas en mi cuenta de twitter me gustaría reunir aquí lo contenido en ellas, no sin antes aclarar que, por razones de competencia lingüística, he leído la novela en francés (Flammarion), y nada podré decir de los logros o insuficiencias de su traducción al castellano, aspectos fundamentales a la hora de hacer la crítica de un libro, aunque a muchos les parezca -erróneamente- una cuestión meramente formal. Pero al grano, que es de oro.
1. Que Houellebecq escriba bien o mal es lo de menos porque el resultado siempre será satisfactorio. Con él me pasa lo que al periodista italiano Indro Montanelli con Lola Flores, de la que cuando estuvo en Nueva York actuando escribió: No canta, no baila, pero no se la pierdan.
2. “Los cristianos viviremos en un mundo pluralista, pero el paradigma dominante de verdad será contrario a la trascendencia, dice Rod Dreher, autor del libro "La opción benedictina" y pone como ejemplo a Houellebecq, a quien llama "un profeta de la civilización después de Dios." Debe de ser por ese nihilismo reaccionario que le caracteriza.
3. "Nada es posible desde el punto de vista administrativo, el objetivo de la administración es el de reducir tus posibilidades de vida al máximo, si es que no consigue simplemente destruirlas; desde el punto de vista administrativo, el mejor administrado es el administrado muerto." (pág. 11).
4. "Como todos los países de Europa Occidental, España, enzarzada en un proceso mortal de aumento de la productividad, había suprimido poco a poco todos los empleos no cualificados que contribuían antaño a hacer la vida menos desagradable, condenando al mismo tiempo a la mayor parte de la población a un paro masivo." (pág.26)
5. "Tuve que soportar alguna rabotada de los jubilados ingleses (el inglés es casi tan racista como el japonés) y también de algún holandés que no lo hacía por xenofobia (lo que sería una contradicción en los términos pues Holanda no es un país, a lo sumo es una empresa) (pág. 34).
6. " Es malo que los enamorados hablen la misma lengua, que puedan comprenderse realmente, que puedan intercambiar palabras, porque la palabra no está hecha para crear amor sino división y odio, la palabra separa a medida que se produce" (pág.96).
7. "No es el futuro, el pasado es lo que te mata, lo que vuelve, lo que te machaca y te consume, y lo que efectivamente acaba por matarte." pág. 280.
8. "Odiaba París, esa ciudad infestada de burgueses eco responsables. Tal vez yo también era un burgués, pero no eco responsable, circulaba en un 4x4 diesel; quizás no haya hecho gran cosa a derechas en mi vida, pero al menos habré contribuido a destruir el planeta."
9. "Los años de estudio son los únicos felices, en los que el porvenir parece abierto y todo parece posible, luego, la vida de adulto, la vida profesional sólo es un lento y progresivo estancamiento (...) por eso las amistades de juventud no sobreviven a la vida adulta".
Grosso modo, creo que aquí están contenidas algunas de las provocadoras afirmaciones de este gran y provechoso destructor del lenguaje.
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