La manifestación trampa. 12/01/2007.
Cuando, con la democracia, la delincuencia creció exponencialmente en las grandes ciudades españolas (algún precio había que pagar en nombre de los derechos humanos) y los atracos, robos y otras cuquerías se pusieron de moda, muchos pensaban, pero pocos lo decían, que al haber menos miramientos y más mano dura, con Franco eso no pasaba. ¿Nadie se atrevía a relacionar ambas cosas? Mentira, una señora de izquierdas (roja, corregía ella con mucho orgullo) de mi familia lo admitía cuando se jactaba de que los cacos habían visitado todas las casas de su calle menos la suya. ¿Y por qué?, preguntarán ustedes, ¿acaso la conocían? No andan descaminados pues, según ella, los ladrones, liberados al fin del yugo de Franco, no la atacaban ¡porque sabían que era de izquierdas!
La interpretación es ambigua: ¿Lo decía porque consideraba a los ladrones de izquierdas o porque consideraba a los de izquierdas ladrones? Jamás lo supe y si la decía: “Pero tía, ¿no ves que cuando cuentas esto estás dando la razón a Franco de que os persiguiera? ella replicaba: “calla, calla, que yo me entiendo” y se sumía en un obstinado silencio. Lo cierto es que a ella no la perseguía nadie desde que la amnistiaron en el 49 e incluso se enriqueció gracias al comercio que pudo instalar con una licencia concedida por aquel abominable régimen.
Pues bien, tras el 30D, tras el asesinato deliberado (¿pero quién se cree que con esa carga no pretendían hacer sangre?) en Barajas de dos ciudadanos ecuatorianos que tuvieron la mala suerte de venir a España a ganarse el pan, Zapatero y sus sicarios reaccionan con el mismo asombro con el que habría reaccionado mi tía si los ladrones la hubieran atracado: “¡Hacernos eso a nosotros, que somos de izquierdas! ¡Imposible! ¡Tienen que haberse equivocado! ¡Ha sido un desgraciado accidente!”.
Nueve meses de tregua unilateral (del lado de la policía que les ayudaba a escapar cuando había problemas) les han bastado para rearmarse hasta los dientes y ponerse aún más chulitos. “¡Pero la culpa la tiene la derecha, que no nos deja negociar en paz!”, diría mi tía si aún viviera. Y se hubiera ido a la manifestación de mañana a dar saltitos con los campeones de la paz, reactivados hoy por la ilusión de volverse a meter con el PP.
¡Ojo!, dice el GCS (Gran Consejero en la Sombra) que susurra al oído de Zapatero: “Todo es una cuestión de semántica”, pues han aprendido de sus maestros fascistas y comunistas el poder corruptor del lenguaje: “No digamos terrorismo, sino violencia, no digamos ruptura sino suspensión, no hablemos de libertad, sino de paz, y no dejemos de gritar que los únicos asesinos son los de la guerra de Irak”
“Pero bueno, señora, ¿voy o no voy?”, me pregunta, perpleja, mi asistenta ecuatoriana. “Usted verá, Edit, pero sepa que para los que convocan esta manifestación lo de menos son las víctimas de ETA, incluidas los ecuatorianos, como lo han estado demostrando durante estos dos últimos años. Sepa que esta es una manifestación-trampa para atrapar incautos y para utilizarles a ustedes de mala manera para sus propios fines que no son otros que apoyar a Zapatero y su suicidario "proceso de paz". Sepa que difícilmente puede haber paz cuando no hay guerra. Sepa también que quienes convocan esta manifestación, jamás movieron un dedo en contra de ETA, ni aceptaron ponerse pegatinas en contra de ETA, y se han negado sistemáticamente a apoyar a las víctimas del terrorismo desde que, gracias a un acto terrorista cometido por islamistas, los suyos llegaron al poder, ni se han manifestado contra nada ni nadie que no fuera el PP y la guerra de Irak”.
Me refería a los actores y a sus animadores culturales, porque los políticos sí lo hicieron. La prueba es la fotografía de portada que sacó ayer La Razón, en la que se ve a Zapatero, acompañado de ilustres demócratas, en el año 2000, bajo una pancarta que casi les cubría por entero, donde se lee la palabra borrada hoy del diccionario zapateril: la palabra prohibida, la palabra bajo sospecha, la palabra LIBERTAD, hoy más ansiada, más deseada y más importante que nunca.
Julia, lo has 'calcado'. Excelente apunte.
Publicado por: José Luis Millán | 31/05/2019 en 11:23