Hasta hace poco eran los libros y quienes los escriben los protagonistas principales de la actualidad cultural, pero desde que los actores y los cineastas decidieron salir a la palestra política, ha habido un desplazamiento en el centro del interés periodístico a ese respecto.
Lo cierto es que, a pesar de la vanidad y el egocentrismo que caracterizan a los escritores, muy pocos tienen el nivel de histrionismo suficiente para estar continuamente en el candelero, ni siquiera Arturo Pérez Reverte.
Tampoco lo tienen, a pesar de estar en el negocio, los productores de cine. Por eso su manifiesto en contra de ETA y a favor de las víctimas del terrorismo no tendrá ninguna repercusión. ¿Quienes son, en definitiva, Andrés Vicente Gómez, Eduardo Campoy, Enrique Cerezo, César Venítez y Francisco Ramos?
Tan sólo unos empresarios, y aunque los actores y los directores no podrían hacer nada sin su dinero y su apoyo, como tampoco sin las subvenciones del Ministerio, no lucen cachas, ni agitan la melena, ni se suben con glamour a los escenarios.
Pero los señores antes citados, han tenido el valor de manifestar su desacuerdo con la Academia a la que califican de cobarde, “se nos pidió un paso adelante en la lucha contra ETA y nos escondimos en la libertad de expresión”. Por supuesto, no servirá de nada, por las razones ya expuestas.
Hay otro aspecto que, de pronto, se ha puesto también de moda. Son los museos y los artistas. ¿Cómo es posible que algo tan especializado pueda mover tantas pasiones? Sencillo, por su oportunidad política. Oportuno es, por ejemplo, deslucir la reapertura del espléndido Museo Lázaro Galdiano, incordiando con tiquismiquis administrativos la espléndida labor de estos tres largos años de reforma.
Oportuno es promocionar a Miquel Barceló en detrimento del Museo del Prado y del Reina Sofía, justo cuando se inaugura ARCO o cuando SEACEX lleva a Roma su magnífica exposición sobre el Barroco. Pero, claro ¿para qué hablar de éxitos? En periodismo, las buenas noticias no son ni siquiera noticia.
La Gaceta de los Negocios, 16 de febrero de 2004
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