3 de agosto. - Hace veintitrés años, sintiéndome ya vieja, y queriendo aligerar mi equipaje, decidí desprenderme de algunos libros que suponía, entonces, no tener necesidad de releer en el poco tiempo que, según mis cálculos, me quedaba de vida. Pero la ciencia médica, apoyada por la Providencia divina, al salvarme de la muerte en más de una ocasión, se empeñó, con mi agradecido consentimiento, en que me quedara tiempo para lamentar todos y cada uno de esos libros de Ciencia Ficción y literatura policíaca principalmente que, con la soberbia de la cincuentena, consideraba indignos de permanecer en mi biblioteca y a los que ahora busco desesperadamente por Internet y librerías de ocasión -ya sí que por poco tiempo.
4 de agosto. - "Las condiciones de igualdad de tiempo no se cumplen si una opinión llega por los medios de comunicación a doscientos millones de personas antes que una opinión contraria difundida desde una tribuna improvisada en cualquier rincón. No todos dicen la verdad".
Estas palabras las escribe Harlan Ellison en 1962, en un muy escatológico e hilarante relato de Ciencia Ficción, "El pájaro de la muerte", sobre el principio y fin de la humanidad. Pero lo que a mí me interesa de las palabras que cito es la inversión de su vigencia en la actualidad porque, efectivamente, cuando una opinión llega a doscientos millones de personas DESDE UNA TRIBUNA IMPROVISADA EN CUALQUIER RINCÓN (o sea Internet) antes que una opinión contraria difundida desde los medios de comunicación convencionales (periódicos, televisión, etc), las condiciones de igualdad de tiempo siguen sin cumplirse y no todos dicen la verdad.
6 de agosto. - Cuando sirvieron el cochinillo asado dijo un comensal: "Yo no como cerdo".
- ¿Eres musulmán?, preguntó otro con suspicacia.
- No, soy judío.
- ¡Ah! bueno.
- ¿Y para el caso qué importa?, replicó el judío, piensa que si los cristianos coméis cerdo es porque no os lo han prohibido.
- A mí no me afecta, no soy creyente.
- Yo tampoco, pero no se trata de fe sino de tradiciones. Y este es el caso.
8 de agosto.- Nada es más políticamente incorrecto que decir "políticamente correcto", cuando lo correcto, pero no lo más político, sería decir "estúpidamente correcto", así nos entenderíamos todos perfectamente, pero la gente prefiere parecer estúpida a decir la verdad. Tienen miedo.
No es el caso de Álvaro Mutis, como ha demostrado en más de una ocasión, por ejemplo, en Puerto Rico, cuando durante una conferencia instaba a su auditorio a que se liberaran de los yanquis. Aplausos y vítores, pero prosiguió su argumento: la solución era que Puerto Rico, y todos los países iberoamericanos, volvieran a la Corona de España, y el poeta colombiano tuvo que hacer lo que su nombre indica, protegido por la policía.
Siguiendo en esta línea, me comenta un tímido lector de esta quimera (tímido porque me mandó un correo privado), que a él le pasa con el Concilio Vaticano II lo mismo que yo cuento en mi entrada sobre Quevedo y el Diccionario de insultos que le pasaba a Álvaro Mutis con la Caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453, que aún no se ha repuesto.
9 de agosto. - ¡Qué felices éramos con la obra del escritor admirado! Mas alguien lo popularizó y surgió una legión de lectores que le devaluaron con sus interpretaciones espurias. Ahora, alejar a esos intrusos del territorio acotado es nuestro principal objetivo, orgullosamente elitista.
10 de agosto. - Todo lo que se dice sobre la imposibilidad de traducir poesía son pamplinas. Traducir poesía es posible, primero porque se hace y segundo porque es eficaz. Y así es como tantos poetas han podido ser influidos por otros que escribían en idiomas para ellos desconocidos.
Sin embargo, mi admirado Nicolás Gómez Dávila dice que traducir al poeta es desconocerle el privilegio de expresar lo inefable. ¿Desconocerle? supongo que en el sentido de desatender, despreciar, anular ese privilegio que el traductor de poesía conoce muy bien, así como sabe muy bien lo que des(hace). Afortunadamente.
11 de agosto.- Siempre me ha llamado la atención lo fea que es la así llamada "gente guapa". No me refiero a los actores (aunque a veces también, sobre todo en las galas y las bodas), sino al famoseo habitual de las revistas del corazón. Y cuánto más se emperifollan, peor. Y el verano no ayuda...
Ayer, al preguntar por una señora del pueblo a la que no veía en su lugar habitual, me dijeron sus compañeros: "está con los muchos". Deduje que se había muerto y que esos muchos eran la incontable legión de los muertos. Nunca había oído esa expresión que me dejó muy impresionada.
12 de agosto. - Leo en el periódico un gran artículo de Pedro Alvárez de Miranda sobre un libro (o instalación) que cierta señora, dizque artista plástica, ha hecho y presentado en el Instituto Cervantes sobre las palabras desaparecidas del Diccionario de la Real Academia Española. El académico demuestra que casi todas están bien desaparecidas, pero yo discrepo de una, la palabra "cuñadez", como sinónimo de pesadez y cuya desaparición él justifica porque se usó por última vez en las Partidas. La considero tan oportuna y eficaz que deberíamos rescatarla.
14 de agosto. Si el autor entiende que el lector sobreentiende, como presumía el Conde de Lautréamont en Los Cantos de Maldoror, ya puede irse preparando. Yo me entiendo.
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