16 de agosto. - Me gustaría que me explicaran por qué, en televisión, la mayoría de las locutoras, tertulianas, mujeres del tiempo y especialistas en las materias más arduas no han cumplido los cuarenta y sus homólogos varones (menos los hombres del tiempo, todo hay que decirlo) tienen casi todos berberechos en los cojones, como definía con acierto Eduardo Chamorro la veteranía masculina.
22 de agosto. - “La obscenidad del sexo femenino es la de cualquier cosa abierta: es una apelación al ser, como lo son todos los agujeros; en sí la mujer apela a una carne extraña que debe transformarla en plenitud de ser por penetración y dilatación." Jean Paul Sartre, El ser y la nada - Esta cita la he encontrado en un magnífico artículo de Gregorio Luri, publicado en The Objective.
Esto me ha recordado que la inefable Simone de Beauvoir, matriarca del feminismo (rama aberrante) y a quien, espero, estarían dedicadas esas lindezas, se congratulaba en "El segundo sexo" de que las mujeres de su época, que es la nuestra, prefirieran tener la piel bronceada «como el torso desnudo de un trabajador» a tenerla blancurria, como esas vagas y reaccionarias féminas del «ancien régime».
Se asoma uno a la Realidad y pasa lo que pasa, que te topas con Carmen Calvo, esa pesadilla de la que ni ella consigue despertar, que ha decidido que todas las feministas son de izquierdas: claro, como Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Concha Espina, Mercedes Fórmica que no eran conservadoras ni católicas como todo el mundo sabe, no. Vaya por Dios. Lo que a mi más indigna es que quieran convertir a doña Emilia, en una radical de izquierdas, poco menos que republicana y una feminista (es cierto que lo era) pero enragée, para que la pueda citar con la cabeza bien alta la cultísima Carmen Calvo. Ojo, no se equivocan, sólo mienten.
24 de agosto.- Hace dos años, hice una foto a mi majuelo en todo su esplendor frutal. Este soberbio ejemplar fue determinante para mi traslado a estos lugares porque nada dilata más el alma que contemplar tanta belleza por la ventana del rincón donde se lee y escribe. Pocos meses después, caía víctima de los rigores del largo invierno de 2017-18. Hoy, un retoño suyo, honra y prez de su especie, que llevaba medrando hace años algo más lejos, ha tomado el relevo y apunta sus botoncitos rojos en el vacío dejado por el otro. ¡Aleluya!
30 de agosto. Ventajas de estar jubilada: que puedes marcharte de Madrid, cuando quieras. Desventajas: que puedes volver cuando te parezca. Esto último es lo que la gente no entiende. Menos mal que he elegido un lugar en el que el frío y las nieves acaban echándote. Pero aún me queda algo de tiempo, y me alegro, me alegro. Aunque, fieles al calendario, y tras algunas tormentas, han salido ya en mi jardín y en los ricos prados esos crocus morados que aquí llaman "quitameriendas" y que les hacen decir a todos nada más verlos: ¡Se ha acabado el verano!
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