17 de septiembre.- "Nada me gusta más que los libros de pocas páginas". Esta sugerente cita de Johann Paul Friedrich Richter, más conocido como Jean Paul (aquí traducido Juan Pablo, como se acostumbraba antaño) la encontré, "procrastinando", en el tomo II de las Obras completas de Alfonso Reyes, en esa inmensa y desconocida librería de viejo en que hemos convertido nuestras librerías domésticas. Precisamente mañana publico un artículo sobre eso en TheObjective, que espero no sea el último.
19 de septiembre.- Mucha gente se desplazó ayer a París a ver el partido del Real Madrid con el Saint-Germain. Al acabar, me llama un amigo para comentar la derrota: "¿Recuerdas cuando Baroja al hablar de la guerra civil dijo algo así como "que mal hemos quedado los del 98?, pues lo mismo digo yo esta noche desde París: que mal hemos quedado los de Madrid." Él sabe que a mí el fútbol me es indiferente pero que me privan esas anécdotas. Hay muchas maneras de implicar a la gente en una causa.
20 de septiembre.- Letra completa de esta incomparable jota extremeña del grupo de rock duro, Extremoduro-Extremaydura, para reivindicar el papel fundamental de las gallináceas en nuestra dieta y en nuestra vida, muy puesto en cuestión últimamente por un grupo de frikis descerebradas. En Youtube es fácil descargarlo. Vale la pena.
"Desde que tú no me quieres
yo quiero a los animales
y al animal que más quiero
es al buitre carroñero.
Desde que tú no me quieres
todos los días me muero
y alimento con mi carne, en Monfragüe,
buitres negros.
Yo fui quien te quitó el pollo
por la tapia del corral
no te quité la gallina
porque no tuve lugar.
mare, mare, mare
no mate usted al pollo
que las gallinitas
quieren matrimonio
mare, mare, mare
no lo mate usté
que la gallinitas
dejan de poner.
21 de septiembre.- Cada vez que alguien se asombra de los accidentes, catástrofes naturales, crímenes y todo tipo de muerte violenta que ocurre por el ancho mundo, siempre recuerdo lo que replicó Lawrence Block durante una Semana Negra de Gijón, hace ya años, cuando se lo plantearon: “el mundo es un lugar muy peligroso, la prueba es que nadie sale vivo". Y no digo ya si pensamos en las melonadas de los milenaristas que, a la zaga de la niña pedorra sueca, van proclamando de Asamblea en Asamblea y de Parlamento en Parlamento que el mundo se acabará dentro de doce años: a ver si puedo verlo, ¡caray!
22 de septiembre.- Tengo que reconocer que estos años que Dios me ha regalado desde que, ayudando a la ciencia, me rescató de la muerte en febrero de 2016, están siendo muy productivos. No sé cuánto durará esta prórroga pero pienso sacarle el mayor jugo posible. El cuerpo no me acompaña pero el espíritu sí. Ese mismo espíritu que, mientras agonizaba, yo encomendaba a Dios con las mismas palabras con las que su Hijo le dirigió a Él en el Gólgota: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu", pues fue la única oración, el único ruego que a mí, mujer de alguna erudición y poca fe, me vino a la memoria en ese atribulado y comprometido momento. Y di en el clavo y mi cuerpo y mi fe salieron reforzados de tan terrible prueba.
Y como no soporto la idea de un mundo en el que no esté, del que no forme parte, pues escribo y escribo: permaneceré en él, pero en forma de libro, abierto o cerrado, aunque sea en un catálogo o en una estantería. En el futuro, los descubrimientos de obras y escritores del pasado no se harán en descoloridos manuscritos ocultos en algún desván, sino en libros perfectamente encuadernados y alineados en los anaqueles de cualquier biblioteca privada, universitaria, municipal o nacional. Ese es el cementerio que prefiero.
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