Publicado en TheObjective.com el 24 de junio de 2020 con el título de "Estado de sitio, una crónica".
1. La crisis
Ante una crisis como esta del coronavirus se oyen tales melonadas a algunos «especialistas» que ganas dan de decirles lo que Godoy al conde de Aranda (no me pregunten a cuento de qué): «Habla usted de cosas que ignora, como si hubiera estudiado para no saberlas». Y pensando en lo que está sucediendo viene al caso esta cita de Chesterton: «La razón nos proviene de Dios y cuando las cosas son poco razonables, créame, es que sucede algo.» (El secreto del padre Brown).
Decía Albert Camus, en su novela La peste (1947) que hay momentos en la historia en los que a quien se atreve a decir que dos y dos son cuatro le condenan a muerte. Camus siempre tenía razón y ponía el dedo en la llaga: «Nadie había aceptado realmente la enfermedad. A la mayoría, lo que más le importaba era lo que afectaba a sus costumbres o a sus intereses […] Su primera reacción, por ejemplo, fue culpar a la administración.»
Y aún más: «Los enfermos morían lejos de su familia y estaba prohibido velarlos, de forma que quien moría al atardecer pasaba la noche completamente solo y a quien moría por el día le enterraban de inmediato. Avisaban a la familia, por supuesto, pero como algunos estaban en cuarentena por haber vivido con el enfermo, no podían desplazarse. Los que no vivían con él se presentaban en el cementerio a la hora señalada, pero el cuerpo estaba ya en el ataúd».
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