Estos tres vocativos (mejor dicho, estos dos vocativos y ese imperativo) con los que titulo mi entrada de hoy, día en que se celebra la festividad de Santiago Apóstol, son tres gritos o voces de combate y no una declaración de principios, ni una petición al Santo de que cierre España a toda influencia extranjera (léase modernidad) como se cree, o se nos ha hecho creer. En efecto, son muchos los que se han aprovechado de este equívoco por razones radicalmente contrarias, los progres, para que se vea lo malos que son los reaccionarios y estos últimos para fastidiar a los primeros, pero todos se equivocan o tergiversan las cosas, o alguien las tergiversó en su momento.
Desde luego no fue Cervantes, que deja bien claro el sentido genuino de las tres invocaciones, pero sí Ramiro de Maeztu, por ejemplo, o más popularmente los héroes de papel "El guerrero del Antifaz" y "El Capitán Trueno". Que no sea igual 'Santiago y cierra España" que ¡Santiago! ¡Cierra! (que significa apretar, ser fuerte, embestir, equivalente al "sed hombres" homérico) ¡España!, parece claro cuando se sabe la verdad, pero también lo es que el Apóstol Santiago nos ayudó mucho a librarnos de los moros invasores en la batalla de Clavijo, allá por el siglo IX y esa milagrosa intervención le valió el sobrenombre de Matamoros, cosa que disgusta mucho en estos tiempos melindrosos que nos ha tocado vivir, hasta el punto de que -horresco referens- corrieron voces de que se iban a retirar todas las representaciones plásticas del Apóstol bajo esa advocación.
Afortunadamente no se han atrevido pero tampoco le han dejado intacto, de forma que en la Catedral de Santiago de Compostela podemos ver al Santo en una posición incomprensiblemente beligerante, atacando un matorral de plastichú tras el que han ocultado a los moros vencidos por su lanza, como se refleja en la foto que hice hace ya una década, justo cuando cometieron esa atropello, en una catedral, completamente vacía, durante una fría tarde decembrina, Un amigo me pidió que se la fotografiara. Ahí está, convertido de Matamoros en Mataflores y qué mejor fecha que hoy para mostrarles el antes y el después de esta cobarde tontería.
Comentarios