El tonto del pueblo
Antiguamente en todos los pueblos, había lo que se llamaba un retrasado mental, generalmente un hombre, más conocido en el ámbito rural como "el tonto del pueblo". Ya no se les puede llamar así. Y no porque esté prohibido, si no porque ahora, cuando sabemos más sobre ellos, sobre las causas y consecuencias de sus enfermades, ya no nos nace.
Pero antes, los niños les seguían y se reían de ellos y sus familiares se avergonzaban y procuraban mantenerlos ocultos en sus casas.
En mi pueblo hay uno. Un chico ya mayor, pero con esa eterna juventud de la idiocia. Pasea solo por el pueblo, a sus anchas, al parecer sin vigilancia alguna. Digo al parecer porque en realidad, y a la chita callando, todos cuidan de él, retiran los obstáculos a su paso, (camina con dificultad) y si ven que son más de las dos, hora en que su anciana madre empieza a preocuparse si no va a comer, siempre hay alguien que le conduce a su casa, casi sin que él se dé cuenta.
La compasión es un movimiento del alma y no se satisface tan sólo pagando una cuota dineraria en el negocio de la mala conciencia. Prefiero creer que, como dijo de forma inefable Wodehouse, el mundo está lleno a rebosar de esos "pequeños actos de bondad oculta" y que por eso apenas se notan.
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